Hola! Menudo fin de semana! Estoy cansadísimo. Con eso que ha sido mi cumpleaños no hemos parado, aunque tampoco hemos podido salir mucho porque he estado muy acatarrado. Todo el día vela para arriba, vela para abajo, y lo peor es que también he tenido algo de fiebre (poquita) por las noches! Y claro, eso de no dormir bien y al día siguiente darlo todo jugando, es muy cansado.
Dice mamá que mañana igual no me lleva a la guardería para que me acabe de curar. A ver esta noche si no me despierto con tanta sed ni tanto calor como las anteriores, y descanso, y mis papás también.
Ayer me dieron los yayos un regalo sorpresa alucinante. Unos peces de colores. Son dos chiquitines. Uno naranja y muy vivo y otro negro con los ojos saltones que me hace mucha gracia. La yaya no paraba de reirse cuando me daba ella y el yayo la bolsa llena de agua, me decía que "eran lombricillas", pero era broma. En el coche camino a casa yo miraba a los peces en la bolsa y le decía a mamá "abrir, abrir" pero no me hacía caso. Papá me preguntó cómo les iba a llamar y yo le contesté muy seguro que "papá y mamá". Tampoco en eso me hicieron mucho caso. Qué difíciles de entender son los mayores.
Al final papá me dijo que al pez negrito le podía llamar N'Kono y me pareció bien (otro día os explicaré por qué), aunque se ha quedado en "Cono". Y al naranja lo tuve claro en seguida y le he llamado "Furia". Mis papás me miraron extrañados cuando les dije el nombre, y mamá dice que es un nombre de caballo, y se ríe. Ya os digo que no hay quién les entienda, pero les quiero mucho.
Al llegar a casa les metimos en un acuario muy chulo también de parte de mis yayos y que mis papás habían estado preparando unos cuantos días. Les pusimos unas piedras de colores y al agua patos, mejor dicho: Cono y Furia!
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