La palabra quimera seguramente os sonará a "imposible" o a "algo irrealizable", pero para nosotros tiene otro significado. Cuando a una persona le realizan un trasplante de médula pasa a adoptar el sistema hematológico e inmunológico del donante, y es lo que en medicina se llama "quimera": el hecho que un ser tenga células madre de otro ser.
Cuando el trasplante de médula no está motivado por un cáncer sino para reemplazar una médula que no funciona correctamente, como fue el caso de Nicolás, ya que él no podía producir linfocitos T, se suele utilizar un acondicionamiento menos agresivo, con lo que es bastante común que acaben coexistiendo células madre de donante y de receptor en lo que se llama "quimera mixta".
En la analítica de diciembre Nicolás estaba en el 74% de donante y 26% de receptor, en cuanto a linfocitos T, que es lo que importa. No es el mejor resultado que ha tenido pero tampoco el peor.
Desde que se le hizo el trasplante la quimera le ha ido variando bastante. Le costó arrancar, y para cuando nos dieron el alta la tenía al 70% o así pero todavía no le producía apenas linfocitos T.
Tardó casi medio año en empezar a trabajar correctamente, e incluso un mes llegó a estar al 100% del donante, pero su número normal es entre 85/90%.
La Dra. dice que lo importante no es el % sino que sea capaz de producir muchos linfocitos T y que estos sean funcionales. Por lo que parece, en eso estamos así que saber el número exacto ha pasado un poco a un segundo plano. Aunque siempre que llamo al Hospital de Día para preguntar los resultados me pongo muy nerviosa, y deseo que no baje, como dicen "Dios mío que me quede como estoy".
Veremos esta semana. Lo primero es que él siga bien, y siga haciendo frente a los Virus como hasta ahora.
Go Nicolás go!
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