martes, 12 de marzo de 2013

Nadie dijo que fuera fácil

El 15 de enero de 2010 salíamos de Sant Pau con un alta provisional y con el mandato de continuar el aislamiento en casa.
Pasábamos de una habitación 2x2 y un entorno duro pero programado, a un entorno conocido, algo más amplio, pero bastante más hostil.
Adonde íbamos no nos esperaba nadie.

Papá tenía que seguir con el trabajo, y yo tenía que arreglármelas para convertir una casa inhóspita en un bonito mundo para un recién llegado. Cada dos días mis padres cogían el tren y se plantaban en casa con tuppers: se lavaban, se ponían las mascarillas y nos hacían compañía a Nicolás y a mí.
Con el tiempo la vida fue normalizándose.
Ese verano ya pudimos ir a la playa con él y al pueblo, aunque seguía sin poder estar con otros niños.
Y un año más tarde, en el verano del 2011, nos dieron por fin la gran noticia: el aislamiento había concluido.
Ese mismo septiembre empezó el cole, sin gammas, sin medicinas, sin vergüenza y con muchas ganas.

Es único. Nuestro hijo no sólo ha sabido encarar un aislamiento así con paciencia y sin perder la ilusión y su sonrisa de niño, sino que nos ha enseñado a convertir la decepción en aprendizaje.

Se nos han cerrado algunas puertas. Al final resultó que tampoco es que llevaran a ningún lado.

lunes, 11 de marzo de 2013

La Transplant Run

Ayer los papás de Nicolás y Nicolás corrimos una carrera solidaria en Barcelona.
Una más pensaréis, pero no.
Para Papi fue su primera carrera en la que no iba solo, iba con un nene sonriente que levantaba los brazos en señal de victoria cada vez que el público le vitoreaba.
Para Mami fueron los primeros 5 km de su vida, seguidos, a un ritmo razonable y por una buena causa.
Para Nicolás fue una mañana soleada, divertida, entre su gente y entre la gente, con música, animación, chuches y vermut.
La organizaba el jefe de una buena amiga, del Clínic de Barcelona, y una multinacional farmacéutica, y se logró movilizar a políticos, asociaciones y trasplantados, y fue la primera vez de muchas.
El futuro es prometedor.
Como el de los participantes.
Por ejemplo, ahí estaba Nani López, que superado un cáncer y un trasplante de hígado ahora participa en duras pruebas de larga distancia y ha sido imagen de la carrera.
O Javier Solana, que donó un riñón de forma altruista. El mejor de los regalos.

O Nicolás, nuestro Nicolás, que superó una neumonía que le había dejado en estado crítico y un trasplante difícil que se complicó más de lo esperado. Y todo antes de cumplir el añito.
Por él, por todos, se corren 5 km y los que sean.