domingo, 15 de enero de 2012

Cuando volví a ver sus caras

Mañana hará dos años ya que nos dieron de alta. Mi mamá me abrigó muchísimo, con ropita de calle y un jersey muy gordito, bufanda y gorrito de lana. Me sacaron de allí muy rápido, con una mascarilla para no respirar los virus de los pasillos del hospital y abrazándome mucho para no coger frío. Recuerdo muy bien el camino a casa en coche. Yo miraba por la ventanilla y no daba crédito a lo que veía. Tanta gente. La calle. Los semáforos. El sol de tarde. Los árboles que pasaban rápido al lado de la carretera. Y luego llegar a casa con mis papás. Fue como volver a nacer. O eso es lo que dicen ellos.

Qué diferente era estar en casa para mí que había pasado la mitad de mi vida en una habitación de hospital cerrada con doble puerta y con un ojo de buey chiquitín y altísimo por donde a veces aparecía gente sonriente, intentando parecer felices cuando en realidad no lo estaban.
En casa pude dar por fin mis primeros pasitos titubeantes, de silla a silla o apoyándome en la pared del pasillo. Tito Javier me compró un super-parque gigante que era como un acuario y allí también pasaba buenos ratos, poniéndome solito de pie, yo que había pasado 6 largos meses encima de una cama!
También comí por fin comida de verdad, porque la del hospital estaba bien pero nada que ver con las cremas de calabaza de mamá y los triturados verdes de toda clase de verduras y hortalizas, quesito y filete. Ummmmm

Mamá dice que el día que nos dieron de alta era viernes. Se había rumoreado esa semana que igual nos íbamos, pero mis papás no se lo creían porque en Navidad hubo otras falsas alarmas. La doctora quería estar segura que mis defensas aguantarían todo lo que me esperaba afuera, en el mundo exterior. La semana del 15/01/2010 mis defensas subieron un poquitín y se decidieron por fin a dejarnos salir.
Mamá recogió todo con cuidado y papá también vino por la mañana a esperar las noticias de la última analítica. Entonces se presentó todo el equipo médico y la doctora Isabel y el doctor Juan. Estaban muy contentos y cuando entraron....se quitaron las mascarillas! Mis papás no se lo creían y se reían, y los doctores les dijeron que también se quitaran ellos sus mascarillas, y aunque dudaron al final se las quitaron y al fin pude ver la cara de papá....y la de mamá....


3 comentarios:

montse dijo...

Noelia, mucho ánimo !!! Me encanta el blog. Es magnífico ver como la ciencia hace maravillas y más en niños pequeños como Nico, seguro que cada día de su vida es un inmenso regalo para ti y tu familia.

Montse

montse dijo...

Noelia, mucha ánimo !!! Me encanta el blog. Es magnífico ver como la ciencia hace maravillas y más en niños pequeños como Nico, seguro que cada día de su vida es un inmenso regalo para ti y tu familia.

Montse

Javier Álamo dijo...

Como recuerdo yo el día que nos dieron el alta, uuuufffff, estaba atacado y al mismo tiempo tan feliz....