Este año Sant Jordi ha sido el más especial de todos. Por vez primera Nicolás ha vivido ese día a fondo, con la alegría de visitar los puestecitos con el resto de compañeros, y de escuchar la historia del bravo caballero que venció al dragón y liberó a la princesa.
A las mamis nos hicieron una rosa de plastilina y pétalos secos la mar de bonita y a los papis les compraron un librito con dibujos y pequeños poemas sobre la leyenda del patrón de Cataluña y Aragón.
Sobre las 15.30 pasamos a buscarles, recién levantados de la siesta, y les acompañamos al patio de la escuela y allí se sentaron, unos con sus padres, unos con sus maestros, y otros con sus amigos.
Nicolás se sentó con "Júlien" y María, dos de sus amigas más amigas, que le recibieron con saltitos y abracitos, y juntos escucharon de nuevo la historia, embelesados. Y nosotras, sus madres, hablábamos de coles y de amistades infantiles.
Además Nicolás tuvo un papel muy especial, ya que llevó y agitó la 'senyera' durante el relato, cada vez que así se lo indicaban, así que esuvo muy atento toda la obra, y después no había quién le quitara la bandera.
Luego nos tomamos todos un chocolate calentito.
Y colorín colorado, hasta el Sant Jordi del próximo año.
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