miércoles, 1 de febrero de 2012

Dulces sueños

Mamá sueña. Mamá sueña que duerme seguido muchas horas. Hace tres años que no duerme ni seguido ni muchas horas.
Sueña que cuando despierta hace sol. Y caloooooor. Que es fin de semana y no toca madrugar. Que no hay ni coche ni la hora de atasco para arriba ni la hora de atasco para abajo. Ni peajes. Ni malos humos.
Que entra ella a mi cuarto despacito a darme un beso de buenos días. Sueña que el primer café de la mañana viene acompañado de "crusanes" con mantequilla, y con periódico, y sin prisas. Y sobre todo con mucho cariño.
Sueña que no la reclaman. Que le cuidan. Que le dan mimitos.
Y sueña que me cuida, que me da mimitos, sin estar pendiente del reloj.
Sueña con un masaje larguísimo. A la pobre le duele el cuello y la espalda y los hombros. Lleva tres años conmigo encima como un koala.
Sueña con una siesta de dos horas. Con una tarde cálida de paseo conmigo de la mano. Con pan con chocolate. Y con una hora decente de vuelta a casa.
Con salidas a la montaña y con un buen libro junto a la chimenea.
Mamá sueña con darme besitos todo el día y que se los demos a ella. Y con regalitos sorpresa, bonitos y sencillos. Con un mundo tranquilo. Con todos los que nos quieren tanto, y con personas sin sed de venganza ni egoísmo.
Sueña con tiempo.
Sueña por soñar, sin ambiciones.
Porque todo lo demás lo tiene. Me mira y me sonríe, satisfecha.

No hay comentarios: