Nicolás y Marta |
Durante el año hay otros "nicolases" pero no como éste. San Nicolás fue un santo varón turco, que dedicó su vida y su fortuna a los más necesitados, y de ahí que sea nuestro Santa Claus de Occidente.
Y como no podía ser de otro modo: Nicolás ha recibido a primera hora las llamadas de su tío y su prima Valeria, y la de los yayos. Quedaba felicitado el perillán.
Después hemos disfrutado de una pequeña excursión con unos amigos, aprovechando el sol tan bueno que se ha levantado.
Nos lo hemos pasado super-bien. Además le han traído un juguete muy chulo a Nicolás, y el día ha sido muy agradable: carreras y juegos, el parque en otoño, una gran pizza, colchonetas hinchables y la magia potagia. Si es que no hay cómo sentirse querido y en confianza.
El único sobresalto del día ha sido cuando, en un momento de despiste, a Nicolás le ha dado por salir corriendo calle arriba buscándonos porque no nos veía. En apenas un minuto de escapada casi llega a otra plaza, y nosotros detrás hasta que le hemos visto, y la gente que le paraba al verle solo y tan pequeño. Uff vaya nervios. El corazón se me iba a saltar por la boca.
Yo creo que es el pueblo que le da alas. Sin duda.
Salvando el "pequeño" susto, todo lo demás de nota.
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