miércoles, 27 de junio de 2012

Extraños días de sol

Hay una peli de Ben Affleck (no recuerdo el título) en la que hace de ladrón en New Jersey y se enamora de una chica que precisamente se ve involucrada en uno de sus asaltos, y cuando empiezan a conocerse, una mañana salen a pasear y ella le confiesa que no le gustan nada los días de sol, que su hermano se murió en un día de sol y siempre le recuerdan a aquella desgracia.

A mí los días de sol tampoco me traen buenos recuerdos, tampoco malos visto lo visto, pero inevitablemente me llevan al verano de 2009, que pasamos de hospital en hospital, y de mala noticia en mala noticia.
Cuando el resto del mundo hacía sus maletas para irse de vacaciones a algún destino paradisíaco, o a su pueblo, a las fiestas, o a la playa, nosotros nos debatíamos primero en una dolorosa incerteza, luego con una verdad dura y casi casi insoportable.
Y nos quedamos como paralizados en una triste rutina marcada por las visitas a la UCI: de casa de mi hermano al hospital, del hospital a comer con mis padres en cualquier sitio cercano, y luego vuelta al hospital, y luego paseo hasta la última visita de la tarde por la Rosaleda de Cervantes, y del hospital a casa de mi hermano, y luego las dos o tres llamadas nocturnas a la UCI para saber de nuestro niño, y así  todos y cada uno de los días.

Mis padres habían vuelto del pueblo para estar con nosotros, y mi hermano y mi cuñada se habían quedado aquí, en Barcelona, también para estar con nosotros, y nos alojamos con ellos los quince días de San Juan de Dios, y nos hacían las cenas y nos intentaban entretener con conversaciones amenas para quitar hierro a  nuestras preocupaciones sombrías.

Mientras, el mundo seguía girando y el sol brillaba como todos los veranos, era sólo que a nosotros aquel verano no nos llegaba su calor...

Playuqui

Sí, sí, sí, Nicolás ya ha estrenado el mar esta temporada.
Fue hace dos domingos con su prima Valeria y disfrutamos muchísimo de un día playero por todo lo alto.
Tanto, que hasta del atasco que se lió para aparcar disfrutamos.
Y es que parecía que todos habíamos decidido ir a ESA playa y a ESA hora.
Cuando llegamos, los tíos ya habían colocado la sombrilla y espacio suficiente para nuestras toallas, y en seguida que los primitos se saludaron (primero tímidamente, después apechugándose bien), les pusimos las cremas, los gorros, se comieron un poco de jamoncito y sus palitos de pan (estos no perdonan cuando de comida se trata ;-) y a la arena que se fueron con sus cubos, palas, rastrillos y manguitos.
En diez minutos estaban haciendo la croqueta por la orilla hasta el agua y tirándose arena uno al otro (y de paso a una señora que había ido a instalarse cerca, la muy incauta).
Perseguían las olas, se enterraban el uno al otro y hacían castillos de arena que duraban una patada.
En una horita escasa estaban que les salía arena hasta por las orejas, y los papás tuvimos que meterles en el mar.
Luego comimos en uno de los chiringuitos y poco a poco intentamos meterles en vereda, después de gatear y perseguirse bajo las mesas de la terraza mientras tomábamos el café.
Ese día Nicolás durmió todo el camino de vuelta, y al llegar a casa, no rechistó cuando le cogimos y le volvimos a meter en la cama. Creo que hizo como dos horas de siesta.
Menudo día de playa...estos primos no tienen fin!

lunes, 18 de junio de 2012

El 23 os esperamos a todos!

Este sábado por la mañana, 152 ex-pacientes de enfermedades hematológicas y sus familias nos echaremos a la calle por toda España para haceros partícipes de nuestra alegría!!!

Por un día, olvidaos de la crisis, del día a día, de los madrugones, de los problemas, y venid con nosotros a sentir esperanza.

Unos niños campeones y sus familias estarán juntos celebrando la vida!!

Nosotros estaremos en Ciutadella, a las 11.00 en la entrada del Passeig Lluis Companys con el Passeig Pujades.

Y recordad: donad médula o cordón, donad vida.

Un abrazo a todos

Semana contra la Leucemia 2012: Más de 150 pacientes de leucemia salen a la calle para decir a la sociedad: ¡VALORA LA VIDA! - Fundación Josep Carreras contra la leucemia

Semana contra la Leucemia 2012: Más de 150 pacientes de leucemia salen a la calle para decir a la sociedad: ¡VALORA LA VIDA! - Fundación Josep Carreras contra la leucemia

Días de desembarco

Qué alegría nos dimos en casa cuando leímos que el pequeño capitán Leo ya navega por aguas calmadas y menos profundas!!!
El viernes le dieron el alta y ya se instaló cómodamente en su casita!!
Lo mejor que ahora va a tener una casa para él solo y para su hermana Aloma y por fin podrán jugar juntos los dos hermanos en ese jardín con hierba tan bonito.

El tiempo que uno pasa en el Submarino se hace largo, inacabable, pero de repente un día te abren la puerta, se quitan las mascarillas y te abrazan, y te dicen venga, ya eres libre, coge a tu niño y corre!
Y corres y corres por los pasillos, abrazando a tu hijo contra ti, para protegerlo del nuevo mundo que ahora le rodeará, lejos ya de aquellas paredes en cierta manera protectoras.

Recuerdo como si fuera ayer ese día, un frío 15 de enero de 2009, era viernes y durante toda la semana habíamos oido rumores entre el personal sanitario que posiblemente sería ese viernes el día del alta hospitalaria y no otro, pero llevábamos tantas semanas con "falsos positivos" que después se complicaban con fiebres, analíticas, etc etc que preferíamos no hacernos ilusiones.
Pero sí, sobre las 16.00 entró el equipo médico, con la Doctora Sanadora a la cabeza, y se quitaron las máscaras y nosotros, papá y yo, nos miramos porque no sabíamos qué hacer, y torpemente nos las quitamos también, inseguros, y la doctora vino y cogió a Nicolás y le dio un beso, y después nosotros (era el primer beso que le dábamos sin mascarilla en 6 meses...), y los otros doctores, y las enfermeras y Sierra, la señora que limpiaba.

En seguida habíamos recogido, y con el informe de alta cogido como un estandarte del imperio romano, salimos al pasillo, apresurados, y llenos de miedo. Para salir, habíamos cubierto a Nicolás con una mascarilla que apenas le dejaba ver, y con una batita de papel le cubríamos por encima de su ropita, de su bufanda, de su abrigo y de su gorrito de lana, y yo recuerdo sus ojos, sus ojos abiertos de par en par, mirándolo todo, como absorbiendo en imágenes todo lo que se había perdido hasta ese momento, y luego en el coche, cómo se asomaba por la ventanilla y nos señalaba los coches, el sol, los árboles, y su manita me acariciaba mi cara, como si él tampoco se lo acabara de creer...

Nuestro Nicolás...

jueves, 14 de junio de 2012

La Dra. Sanadora

Nicolás y yo ya habíamos decidido dedicar la entrada de hoy a la Dra. Sanadora (como la llama el capitán Leo que ya espera muelle de amarre) pero es que en el momento de escribir estas líneas ha dado la casualidad que ha aparecido en una noticia del telediario de la 1 y ahora ya no tenemos excusa, es el Destino.
La Doctora era muy joven cuando participó en el primer trasplante de médula que se realizó en España, y que fue en Sant Pau. Este primer trasplante español se hizo en el servicio de pediatría del hospital y lo llevaron a cabo la 'Doctora Sanadora' y el doctor Andrés Domingo Albós, del servicio de hematología. 
A partir de ahí fue tomando responsabilidades y ganando expertise, soltura y buen hacer, hasta convertirse en la Directora de Hematología Pediátrica del Hospital, con más de 36 años a sus espaldas trabajando para curar a niños con enfermedades hematológicas, malignas o no.
Y es que la Doctora se hace querer.
A veces es optimista, a veces más prudente, otras se tiene que poner seria para plantearte las cosas, o se ilusiona con los progresos del peque y con la buena tendencia de las analíticas, o te pone todas las cartas sobre la mesa, también los bastos, para que no peques de ingenuo y sepas lo que hay, aunque a veces se haga cuesta arriba.
Este lunes la vimos porque tocaba revisión y nos enseñó fotos de su nieta, que es una niña preciosa de dos meses, pelirroja y con los ojos azules, y cogía de la mano a Nicolás y le mesaba el pelo, y nos decía lo contentos que teníamos que estar, y que ya sabía lo mal que lo habíamos pasado.
Te queremos Doctora.
Hasta la vuelta del verano!

miércoles, 13 de junio de 2012

Obrigados!

Este fin de semana fuimos a Lisboa los tres y cómo disfrutamos del bacalhao, de los pasteles de Belem y de la Super-Bock!!
Y es que con todo el tiempo que pasamos encerrados en una habitación de 2x2 no sabéis cómo nos lo pasamos ahora cuando nos sueltan.
Para no variar, nos pegamos la "pateada" bestia el sábado, que si Barrio Alto arriba y abajo, Chiado, Moureira, y por supuesto Alfama, que eso sí que son cuestas.
Y como era el día de Portugal, el inicio de la Eurocopa (y precisamente con partido de Portugal) y además coincidió que eran las fiestas de San Antonio ya os podéis imaginar el ambientazo que había en cada esquina.
En el puerto (Plaça do Comercio) Nicolás alucinó con los espectáculos de payasos y las bandas de música, luego en el Barrio Alto organizaban sardinadas populares, después carrera popular donde animamos a grito pelado a todos (a Nunos, a Joaos, Peiros y Paulos varios), bueno, no sabéis cómo animaba Nicolás, a todos, me preguntaba el nombre de cada corredor y después lo llamaba a grito pelado, tanto que a veces los corredores hasta nos miraban con extrañeza preguntándose si conocían a aquel mocoso. A la tarde tocó la ineludible Alfama con sus bares, sus terrazas y sus pasacalles en cada rincón, y Nicolás jugó un ratito con algunos niños del barrio mientras nos tomábamos unas cañas.
El domingo lo reservamos para la Expo y dejamos que el peque corriera y se desfogara a gusto en los parques de hierba verde y brillante.
Nada, que habrá que volver, a disfrutar de la hospitalidad y del buen carácter portugués.
Y como diría uno que yo me sé....Obrigado!!!

miércoles, 6 de junio de 2012

Otras maratones menos conocidas

Por ejemplo la de mamá, que cada día corre que vuela con su bólido rojo de vuelta del trabajo, pensando sólo en la carita sonriente de Nicolás y en sus frasecillas de lengua de trapo.

Y un ritual que se repite siempre que papá está de viaje y que suele ser dos de cada cuatro semanas, y que es el de llegar chirriando rueda a eso de las 8 de la noche pasadas, aparcar y salir pitando a casa de los padres de papá que van a buscar al peque al cole si están por aquí, recogerle, ir a comprar el pan y las cuatro cosas imprescindibles que falten, bañarle, poner en marcha la cena mientras le embadurno de cremas y demás potingues al más puro estilo spa, colocarle el pijama y finalmente darle la cena mientras vemos Bob Esponja.

Y finalmente, a eso de las 10 de la noche (pasadas), consigo lavarle los dientes y acostarle y, si queda una pizca de energía: malcenar sola viendo alguna peli del plus. Con suerte es posible que me quede media horita libre para leer, navegar o incluso trabajar si toca.
La noche luego transcurre rápido, Nicolás mediante (que no sueñe, que no me llame pidiendo agua o cacota, etc etc).
Y aún así: benditas noches y bendita rutina diaria.

Buenas noches!


domingo, 3 de junio de 2012

Desde hoy Nicolás es motero...

De las motos acabamos de volver.
Nunca habíamos ido a ver las motos, la F1 infinidad de veces, porque la afición a papá le viene de antes de la locura desatada por Alonso y su marea azul y sus 140.000 seguidores, y habíamos ido a ver los coches ya cuando De la Rosa corría en Jaguar.
El caso es que en un primer momento dudamos porque ir a algo así con Nicolás podía ser agotador y no disfrutar ninguno, ni el niño, ni nosotros.
Pero todo ha salido muy bien. Incluso la lluvia ha perdonado la carrera. Y como esta vez teníamos plaza de parking asignada en el circuito y la carrera la podíamos ver desde el paddock de las marcas patrocinadoras, era ir del bar a la terraza y de la terraza a los sofás. Nada que ver con nuestros tiempos de pelouse y bocata de lomo.
Nicolás ha disfrutado la mañana y claro ha sido la mascotilla de las azafatas, porque ver a un niñito tan pequeño, de rojo "ducati", sentadito en los taburetes, con sus tapones en los oídos, poniéndose las botas de canapés y pasando olímpicamente de todo, no debe ser lo más habitual en ese mundillo.
Ah y hemos visto de cerca a Rossi y a Hayen, y a otros de otras categorías. La pena ha sido la caída de Pol Aspargaró, que ésa sí que hemos visto de cerca en la pis box.
Y en Moto GP ha ganado el mejor piloto, Lorenzo, tras un adelantamiento perfecto al segundo mejor, Pedrosa.
Así que creo que desde hoy tenemos un hijo motero. Qué le vamos a hacer.




Cena con vistas

Y no, no fue en mi pueblo. Se trata de un hotel en un campo de golf bien cerquita de Barcelona. Y sí, es un poco elitista, pero total cenar teníamos que cenar, y por aquellas casualidades de la vida pasábamos por allí justo la noche en que la organización de la MotoGP había montado una fiesta para sus invitados.
El caso es que como la fiesta era en la piscina, nosotros pudimos disfrutar de una cena casi privada en los jardines de atrás, de cara a la puesta de sol y con los camareros volcados en nosotros.
Durante la cena, una señora de Saint Moritz se mostró muy interesada en Nicolás, que no paró de hacerle monerías porque, como imagino que ya sabréis si nos leéis, Nicolás es un figurilla de cuidado.
También tuvimos la visita inesperada de un gatito de color naranja que desde que Nicolás le tiró un poco de queso no paró de merodear entre sus pies.
Pero lo mejor de todo fue cuando ya anocheció y encendieron las luces del jardín y también unas velas muy grandes que había en unos pebeteros estratégicamente colocados por toda la campa de atrás, y los tres dejamos las cosas en la mesa y nos pusimos a corretear por la hierba con la luna sobre nuestras cabezas, y a coger los dientes de león que aparecían aquí y allá de entre los trigos recién segados, y a soplarlos pidiendo siempre los mismos deseos.
Creo que entre tanto glamour, todo el mundo agradeció la visita de Nicolás y su frescura.

El primer baño con manguitos

Qué fría está la piscina de casa pero qué bien sienta la primera sesión de baño de la temporada.
Aunque fue un poco accidentada, porque tres veces se cayó el pobre, tres. Sólo llegar resbalón de Nicolás en las tablas de teca mojadas. Después, cuando ya se había bañado y estaba tapadito con la toalla, zas, otro planchazo. Y ya cuando nos íbamos, el tercer tropezón en la cuesta que sube a nuestra portería.
En fin, "gajes del oficio", que dicen en mi tierra.
Pero lo importante es que todos pudimos disfrutar de un buen chapuzón antes de que la piscina se llenara de bote en bote, que suele ser a partir del mediodía.
Y la verdad es que para ser tan pequeño y el agua estar tan fría, el tío fue un valiente, porque a mí me costó meterme pero es que él no tardó ni un segundo, en cuanto yo estuve dentro, él se tiró a mis brazos, con sus manguitos y empezó a chapotear y a salpicarnos a todos, tiritando eso sí.
Y ya no digamos con su padre. Papá le sacaba afuera, en el borde, y Nicolás se tiraba en bomba sin ningún tipo de miedo. Hasta otro padre tenía que ponerle de ejemplo para que su hija pequeña se metiera, que llevaba una buena rabieta.
Hasta aquí nuestro resumen de un día de baño en la Vila del Pingüí.

En la guarde

Los viernes por la tarde es el único día que puedo ir a recoger a Nicolás a la guarde. Aunque parezca extraño siempre voy con un pelín de miedo en el cuerpo, de si me lo encontraré bien, de que no tenga ningún golpe o de que no se haya caído en el patio, o de que no me lo hayan marcado en ninguna pelea (aunque eso es más difícil porque raro es el día que no se mete en ninguna "trifulca"o hace rabiar a su amiga Júlia, que claro, también responde).
Así que aparco a las 3 y pico y apresurada subo hasta la guarde con el corazón en la boca, y sin haber comido.
Luego, cuando ya le veo allí, recién despertado de su siesta, llevando la sabanita con el resto, y jugando como si nada, entonces ya me relajo y me quedo un ratito con Judith, su profe, a charlar de cómo ha ido la semana y de si se porta bien o si se lo come todo, y de qué tal ha ido el cumple que sea que haya tocado ese día, pues todos los celebran en viernes.
Este viernes cuando llegué les iban a poner un cuento en diapositivas, así que me quedé con todos en la clase dels Dracs, que era donde tenían el proyector.
La verdad es que vi el cuento de refilón porque no le quitaba ojo. Qué satisfacción verle con los demás, atento al cuento, y respondiendo y preguntando cuando las profes les explicaban cosas.
A los ojos de cualquier persona mi Nicolás es un niño como cualquier otro, aunque eso sí: muy espabilado y el más dulce, pero siempre será diferente, porque ha pasado cosas muy duras de muy pequeño y su mirada y su manera de ser reflejan ese toque de madurez y gratitud que le hacen tan especial y tan único.

Los amigos del Montseny

Hola a todos. Cómo pasan los días. Siempre pienso "de hoy no pasa sin escribiros" pero después el tiempo se nos echa encima con todas las cosas que hay que hacer cada día a la vuelta del trabajo.
El fin de semana pasado estuvimos en el Montseny, en una masía muy chula que también es un restaurante muy conocido y tiene unos jardines espectaculares, con piscina y todo.
Y el tiempo también acompañó, con solete y temperaturas ya veraniegas, así que Nicolás le sacó partido a la piscina y al cesped, y a la plaza del pueblo del Montseny, y al parque de Sant Esteve.
Papá pudo salir a correr el domingo por la montaña y disfrutar de su primer trail con sus Trabuco nuevas, ahora que tenía mejor los dedos del pie.
Y nosotros pues nos quedamos en el hotel, jugando al fútbol con los niños de las otras familias que estaban de fin de semana, con Richard, con Lucía y Núria, y sobre todo con Pol, que aunque ya es un niño mayor estuvo todo el tiempo con Nicolás, enseñándole su álbum de cromos de fútbol, y quiénes eran los jugadores del Barça y los del Espanyol, y le enseñó a chutar fuerte y a tirar la pelota afuera, a la montaña, y a columpiarse, y a recoger las hojas y los bichos que caían a la piscina con la redecilla, y le enseñó también a jugar con su Nintendo.
Y el día que se despidieron se dieron un abrazo fuerte fuerte.
Hasta otro día "Pau-Pol" (que así le dio por llamarle a Nicolás) y familia!